Icono de analogía o icono de atril
Un ícono analógico o de atril es un tipo especial de íconos pequeños diseñados para colocarse sobre un atril durante los servicios divinos.
Se comienzan a realizar debido a la necesidad de la iglesia de disponer de iconos para todas las fiestas y santos venerados del año litúrgico. Esto predeterminó su composición argumental y su carácter serial. En primer lugar, encontramos los iconos correspondientes a los 12 meses del año (puede haber 12 o 24, dependiendo de cómo estén representados los santos.
También encontramos iconos que representan las fiestas del Señor y de la Madre de Dios, con escenas de festividades, así como el Juicio Final, la Exaltación de la Cruz, los tres jóvenes en el horno de fuego, etc., asociados a aquellas acciones litúrgicas y ritos que se realizan en el templo. Las series litúrgicas de iconos analógicos se conocen desde los siglos XI-XII.
Se van exponiendo en el atril para su veneración siguiendo el calendario festivo de la iglesia.
Los fieles que entran al templo lo veneran y besan estos íconos y salvo los momentos en que están expuestos, estos iconos se guardan en relicarios sobre los estantes de los atriles cubiertos con un sudario, sobre el altar, o en la sacristía del templo en estuches especialmente diseñados para su custodia y su debida conservación.
Los íconos analógicos también sirvieron como modelos para los pintores de íconos, como lo demuestran no solo los paralelos iconográficos con imágenes monumentales de iconostasios y frescos, sino también la información de los inventarios de los monasterios y otros documentos que mencionan la presencia de muestras de íconos de doble cara entre las propiedades de los pintores de íconos.
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