La Diestra de Dios en la Iconografía Bizantina. (mano derecha)
La Diestra de Dios es un poderoso símbolo en la iconografía cristiana, representando la autoridad divina, la bendición y la protección de los justos. Desde la época paleocristiana, esta imagen ha aparecido en frescos, mosaicos e iconos, mostrando la intervención de Dios en la historia de la humanidad.
Simbolismo y Representación.
En los iconos bizantinos, la Diestra de Dios suele representarse emergiendo de una esfera celestial, a menudo rodeada de nubes o círculos dorados, símbolo de la gloria y presencia divina. Este gesto, generalmente en actitud de bendición, indica la gracia y misericordia de Dios sobre los fieles.
Su forma varía según la escena representada:
En la Creación y en la Ley de Dios: La mano de Dios aparece como origen de todo, otorgando la vida o entregando las Tablas de la Ley a Moisés.
En las Bendiciones Divinas: Se muestra en gestos de bendición, protegiendo y guiando a los justos.
En el Juicio Final: Una de las representaciones más conmovedoras de la Diestra de Dios se encuentra en los iconos del Juicio Final. En esta escena, la mano divina se extiende con la palma abierta, conteniendo en su interior las almas de los justos, que se representan con figuras infantiles, simbolizando la pureza y la redención.
La Diestra de Dios en el Juicio Final
En la iconografía del Juicio Final, la Diestra de Dios contrasta con la izquierda, que puede representar la condena o la separación de los impíos. En la palma de la Diestra, las almas de los justos, simbolizadas por niños, evocan la promesa evangélica: "Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos" (Mateo 19:14). Esta representación refuerza la idea de la salvación y la misericordia divina hacia los puros de corazón.
Un Símbolo de Protección y Justicia
La iconografía de la Diestra de Dios no solo transmite la soberanía de Dios sobre el mundo, sino también su cercanía y protección para con los creyentes. Es una imagen que invita a la contemplación y a la confianza en la justicia y misericordia divinas, siendo un recordatorio visual de la presencia de Dios en la historia de la salvación.
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